Isótopo o Radioisótopos: La palabra isótopo, del idioma griego "en el mismo sitio", se usa para indicar que todos los isótopos de un mismo elemento se encuentran en el mismo sitio de la tabla periódica. Los átomos que son isótopos entre sí, son los que tienen igual número atómico (número de protones en el núcleo), pero diferente número másico (número de neutrones en el núcleo). Son variantes de un elemento que difieren en el número de neutrones que poseen, manteniendo igual el número de protones. Un isótopo radiactivo de un elemento se caracteriza por tener un núcleo atómico inestable (por el balance entre neutrones y protones) y emitir energía cuando cambia de esta forma a una más estable. La energía liberada al cambiar de forma puede detectarse con un contador Geiger o con una película fotográfica.
Cada radioisótopo tiene un periodo de desintegración o semivida características. La energía puede ser liberada, principalmente, en forma de rayos alfa (núcleos de helio), beta (electrones) o gamma (energía electromagnética).
Varios isótopos radiactivos artificiales tienen usos en medicina. Por ejemplo, un isótopo del tecnecio puede usarse para identificar vasos sanguíneos bloqueados. Varios isótopos radiactivos naturales se usan para reconstruir cronologías, por ejemplo, arqueológicas.
Usos de Radioisótopos: El uso de radioisótopos esta muy difundido actualmente no solo en la medicina, sino también, en la industria, la agricultura, la hidrología y la preservación de alimentos. En medicina es muy utilizado el Tecnecio-99 (usado para diagnóstico) y el Cobalto-60 (empleado como fuente de radiación gamma intensa, con fines curativos).
En materia de control de pestes, en la Argentina, los rayos gamma emitidos por fuentes de Cobalto-60 son claves en la lucha contra la “mosca del Mediterráneo”. Este parásito exótico, firmemente enquistado en nuestros ecosistemas frutícolas, es uno de los grandes impedimentos de la Argentina para potenciar su rol de exportador de fruta fresca. En la provincia de Mendoza se combate la mosca del Mediterráneo mediante la “técnica del macho estéril”: diariamente se liberan al medio ambiente decenas de miles de machos esterilizados con rayos gamma. Cuando estos compiten con los machos fértiles y se aparean con hembras normales, no producen descendencia. Así se evita el nacimiento de millones de moscas nuevas, lo que permite bajar el consumo de pesticidas peligrosos para los trabajadores de campo, o indeseables para los consumidores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario